Araceli Segarra es una mujer polifacética donde las haya. Ha dedicado su vida a su verdadera pasión: la montaña. Ha practicado todo tipo de deportes que la relacionan con ese medio en el que tan bien se envuelve y ha viajado por todo el mundo escalando las cimas más altas. En su haber tiene un gran palmarés, aunque no sólo como escaladora, sino que también podemos verla rodando documentales, colaborando en programas de radio y televisión o incluso escribiendo y dibujando cuentos infantiles. Todo ello tiene un nexo de unión y son los deportes de aventura.


Araceli ha sido varias veces portada

En una entrevista para Yumping.com pude comprobar cómo la catalana transmite seguridad y humildad, características de las que no todo el mundo puede gozar. Ojalá Tina la acompañe por muchos viajes y disfrute tanto como lo está haciendo ahora.

Yumping.- Te has convertido en una escaladora, a pesar de que comenzaste haciendo espeleo. ¿Cómo cambiaste un deporte por otro?
Araceli Segarra.- Cambié hace mucho tiempo, la verdad es que empecé a hacer espeleología por casualidad porque era uno de los cursos que ofrecía el club en el que estaba y era una manera de hacer montaña. A través de la espeleología entré en contacto con otras disciplinas de la montaña y como en el fondo soy bastante curiosa y me gusta probarlo todo empecé a probar otras modalidades como el esquí de montaña, la escalada en roca y finalmente algunas de ellas implicaban viajar a lugares impresionantes. Me decanté por un deporte de exteriores (risas).

Y.- Y sin ir más lejos, a los 21 ya estabas en una expedición en el Himalaya…
A.S.- Tampoco diría que demasiado joven, hay niños hoy en día que con mucha menos edad hacen viajes a otros países y practican escalada. También empecé a viajar no demasiado joven porque tenía que trabajar y ahorrar mi dinero para realizar los viajes. En ningún momento en mi casa pudieron subvencionar mis viajes y todos me los he pagado yo. Conozco a gente que con 14 años se ha ido a los Andes o a África con 16… yo me tuve que esperar a los 21 (risas).

Alcanzando la cumbre del Kilimanjaro de la mano de Tina


Y.- Pero has escalado picos muy altos desde que empezaste a escalar, en lugar de ir poco a poco has ido siempre a lo grande, ¿verdad?
A.S.- Lo que sí que es cierto es que nunca me planteé retos sencillos con la juventud que tenía, quizá ahí está la diferencia. Por ejemplo cuando fui a África no fui a escalar el Kilimanjaro, sino que escalé por una ruta de dificultad al Monte Kenia.

Y.- Con 22 años escalaste el ocho mil que hace poco abandonó Edurne Pasaban, el Shisha Pangma. ¿Cómo recuerdas ese momento?
A.S.- Fue toda una experiencia, porque además fui por una ruta difícil, éramos tres, no había cuerdas, ni otras expediciones… No había nadie más en toda la montaña. Imagino que también hay que poner ganas y estuvimos muy obstinados en que queríamos abrir esa ruta.

Y.- ¿Qué ocurre en las ocasiones que hay que abandonar?
A.S.- He abandonado en muchas ocasiones, la última vez que estuve en el Kachinhunga perdí todo el material, me quedé sin tienda, sin sacos… y además me lo pagué yo todo de mi bolsillo. El tiempo fue muy malo, llevo un diario siempre encima y apunto el clima que hace; durante los dos meses de la expedición hizo 3 ó 4 días de sol. Me costó mucho dinero y encima perdimos el material. A veces nos toca arriesgar más de la cuenta, aunque he sido siempre muy cuidadosa y prefiero abandonar la montaña a tiempo que romperme una uña (risas).

Escalando en Amadablan


Y.- A partir de ahí, has ido sumando éxitos, puesto que te convertiste en la primera mujer que escaló el Everest y recibiste algunos premios. ¿Imaginaste alguna vez que llegarías tan lejos?
A.S.- No, porque yo hago las cosas por instinto, por pasión. No lo preparo a largo plazo, nunca me encabezoné en escalar el Everest. Aunque en otras ocasiones sí nos lo hemos propuesto, como cuando escalamos el Corredor Hornbein por una ruta difícil, sin oxígeno, sin cuerda fija ni porteadores.
Lo que hago depende del momento, como dicen en México “si me late”. Me pareció una buena idea la de escalar el Everest pero más me apasionaba la idea de hacer el documental que la cumbre en sí (risas). Hay veces que una cosa te lleva a la otra.


Durante una expedición a Mali

Y.- ¿En qué modalidad de escalada te sientes más cómoda?
A.S.- Depende, porque hay veces que el mixto puede ser muy bonito. En algunas épocas prefiero la roca pero en otras que me apetece más el hielo. Voy variando, me gusta mucho tocar todas las disciplinas de la montaña y ser lo más completa posible.

Y.- ¿Te ha costado mucho abrirte paso en un mundo en el que la mayoría de los alpinistas son hombres?
A.S.- Yo no me muevo entre gente que me trate de otra forma por ser mujer. Somos compañeros que nos aceptamos por nuestras habilidades y condiciones como personas. No lo asimilo como un concepto en el que me tenga que abrir paso, estoy en grupo de personas que me aceptan por lo que soy, igual que yo a ellos. El sexo no es un condicionante, por lo menos con el grupo de personas en el que estoy. Si se diera ese caso me tendría que cambiar de compañeros (risas). Hay grupos para todo, como en todos los ámbitos, sea un hospital o un circo… hay que saber encontrar el medio en el que moverte y con quién moverte.

Y.- Compaginaste la escalada con tu carrera universitaria de fisioterapia y el post-graduado en fisioterapia infantil. ¿Cómo fue la época de estudiante-escaladora?
A.S.- Fue una época muy dura porque iba a entrenar todas las mañanas, regresaba a casa y me iba a la universidad por las tardes. Pero no podía salir de marcha ni hacer la vida social que hacían mis compañeros porque al día siguiente podía tener un test dentro del entrenamiento. Estuve un poco distanciada de mis compañeros de la universidad pero valió la pena porque hacía lo que quería hacer y necesitaba hacer en ese momento.

Escalando en roca


Y.- Además, veo que eres multifacética: has trabajado en televisión, en radio, también has publicado una serie de cuentos infantiles, has rodado una película nada más y nada menos que con Brad Pitt… ¿Eso demuestra que Araceli es una mujer inquieta?
A.S.- Sí, pero es que todo lo que hago en el fondo está relacionado con el mismo tema: naturaleza, deporte, salud, montaña… No hago nada que se salga de ese parámetro, por ejemplo no hago un programa de televisión de cocina o un cuento de astrología, sino que hago un programa de naturaleza o deporte y cuentos de montaña… todo está relacionado.

Y.- Pero te ha permitido moverte en muchos ámbitos que sin ese nexo de unión quizá no hubieras podido entrar.
A.S.- Sí, pero creo que las cosas las buscas, cuando tu pasión es una consigues descubrir un montón de variaciones alrededor de esa pasión. Descubrir, trabajar y aprender es lo que hago con la montaña, veo todas las ramificaciones, todas las oportunidades, todas las opciones que me ofrece e investigo sobre ellas. Siempre hay cosas nuevas que hacer…

En los Alpes realizó escalada mixta


Y.- También tienes una carrera como modelo, protagonizando campañas publicitarias en Elle, Vogue y una larga lista de medios de comunicación… ¿Qué te llevó a ello?
A.S.- Yo lo veo como algo más anecdótico. Sólo soy un concepto: moda en la naturaleza, una idea de salud, mujeres polifacéticas que no nos quedamos en casa y luchamos por lo que queremos… Incluso todo eso está relacionado y tiene sentido. Es divertido ser modelo (risas).

Y.- Una mujer tan ocupada como tú, ¿qué hace en tu tiempo libre?
A.S.- Cuando tengo tiempo libre escalo. Ahora acabo de regresar de Francia de escalar durante cuatro días que tenía libres. He estado con mi gente y mientras estás escalando tienes tiempo de hablar de muchas cosas y relajarte, aunque no lo parezca. El resto del tiempo lo empleo en trabajar, en crear nuevos cuentos, nuevas historias, escribirlos y dibujarlos… Me lleva muchísimas horas hacer los dibujos y las historias, pero lo disfruto mucho, ya que diferentes campos me llevan a desconectar unos de otros.

Los cuentos de Tina


Y.- Con la serie de cuentos que estás escribiendo y poco a poco publicando, supongo que intentas transmitir a los más pequeños la pasión por el deporte, entre otras cosas, ¿verdad?
A.S.- Más que hablar del deporte intento recuperar el concepto de lo que aporta un viaje: no sólo vas a escalar una montaña sino que vas a conocer un país, una cultura… A veces la parte de convivencia con otra persona te puede aportar muchas cosas y, aunque es muy sutil porque va dirigido a niños, siempre a través de Tina, que es el personaje de viaje, intento aportar alguna cosita.

Experta en el rodaje de documentales


Y.- También te dedicas a practicar otros deportes de aventura, como MTB, snowboard, esquí,… ¿Qué hace que te animes a practicar tanto deporte?
A.S.- Te permite desconectar de una manera bárbara, pero también porque me ayuda a estar aprendiendo constantemente, practicar muchas disciplinas quiere decir que ninguna la controlo bien. Ello me lleva a ir mejorando, a ir aprendiendo, porque no hay que olvidar que hay mucho que aprender. Además a mí me ayuda mucho a desconectar, a concentrarme y a tocar un poco con los pies con el suelo.

Y.- ¿Quizá puede verse también como un esfuerzo de superación?
A.S.- Sí, además de un ejercicio de humildad, porque te das cuenta de que si estás haciendo bicicleta no puedes escalar bien y si estás escalando bien no puedes hacer esquí de montaña. Todo no se puede hacer bien, por lo que es un ejercicio de humildad diario.

La guapa alpinista de modelo


Y.- ¿Cuál es tu próximo proyecto?
A.S.- Aún no lo sé porque este año he hecho tres expediciones y tengo varias cosas, pero todo en el aire. Cierro las expediciones un mes y medio antes, porque como soy yo quien paga las expediciones y no voy a buscar dinero a un patrocinador… No tengo la necesidad de estar vendiendo mis viajes a ningún medio, por lo que puedo hacer lo que quiera, no tengo que rendirle cuentas a nadie ni nadie espera nada de mí, lo que para mí es una gran ventaja. El año que viene tengo 3 ó 4 proyectos diferentes, incluidos documentales, aunque, como te comento, está todo en el aire… Tengo cosas por definir y escoger, pero creo que es bueno. Lo mejor que hay es crear, inventarse proyectos, porque estás ilusionada en algo.