Introducción

Tradicionales destilerías de whisky, faldas plisadas de cuadros y gaiteros, son embajadores de la legendaria Escocia, pero no los únicos. Scapa Flow, un espacio recóndito de 190 kilómetros cuadrados en la costa norte, representa significativamente al país en materia de buceo, gracias a la concentración de barcos hundidos que allí se localizan.

El puerto natural de Scapa Flow, rodeado por las islas Orkney, fue la base principal de la Marina británica durante las dos Guerras Mundiales. Además de tener la mayor colección de pecios de Europa, Orkney presenta una abundante vida marina y destaca por la claridad de sus aguas. Por tanto, no es sorprendente que estas islas sean interesantes tanto para los amantes de los pecios como para los expertos en biología marina y los fotógrafos.

Marwick Head

Durante el armisticio de 1918 al final de la Primera Guerra Mundial, la flota alemana fue internada en Scapa mientras se esperaba la firma de un tratado de paz. Tras un año de aislamiento, el almirante Ludwig von Reuter, creyendo que las negociaciones de paz se habían roto, y que sus barcos iban a ser incautados por la Marina británica, dio la orden de echarlos a pique.

Tras la guerra, numerosas operaciones de rescate fueron llevadas a cabo entre los años 1929 y 1939 para recuperar estos barcos. De la flota alemana original, sólo permanecen tres barcos de guerra: el Kronprinz Wilhelm, el König y el Markgraf, todos ellos de 177 metros de eslora y cuatro pequeños cruceros: el Dresden, el Brummer, el Köln y el Karlsruhe. Estos pecios se encuentran a profundidades entre 24 y 45 metros, con una visibilidad entre 10 y 15 metros.

Una de las mayores ventajas del buceo en Scapa Flow es la profundidad. El pecio de guerra situado a mayor profundidad, el Markgraf, está localizado a 46 metros. También hay barcos de bloqueo que, precisamente por su particular misión, se encuentran a un nivel mucho más superficial, a escasos metros bajo el agua. Por lo tanto, en las islas Orkney las inmersiones presentan profundidades entre estos dos extremos. El barco más profundo se encuentra a 63 metros, es el llamado bote de John Thornton, que ha sido hundido recientemente para ser usado como parte del entrenamiento Trimix.

El Kronprinz Wilhelm, botado en Kiel en 1914, hermano gemelo del Konig y del Markgraf, es el acorazado más grande jamás visto. Tanto su tamaño (177 metros de eslora) como la profundidad a la que se encuentra (entre 34 y 39 metros), obligan al buceador a ser precavido. Su estructura es similar a la de un portaaviones. De los tres barcos de guerra, es el que está en mejores condiciones, a pesar haber sufrido alguna detonación, especialmente en la sala de motores.

El König, botado en Wilhelmshaven en 1914, contaba con tres turbinas que le permitían alcanzar una velocidad de 23 nudos. El peso colosal de su superestructura, con sus cinco torres principales y sus cañones, es el responsable de que terminase hundido a una profundidad de 39 metros, tras haberse inundado.

El Markgraf es el que se encuentra más profundo y el más impresionante de todos los pecios. Botado en Bremen en 1913, estaba equipado con diez cañones distribuidos en cinco torres, además de contar con cinco torpedos sumergidos. Hundido a 46 metros, es la inmersión más memorable. El ascenso es lento y la narcosis supone un peligro potencial.

Cruceros ligeros en aguas de Scapa Flow

El Dresden, construido en Kiel, está completamente intacto, con muchos de los objetos originales todavía en su sitio. Se encuentra entre 28 y 38 metros. Presenta gran variedad de vida marina, especialmente esponjas y estrellas de mar en las zonas menos profundas del pecio.

El Brummer, localizado entre 32 y 36 metros, alcanzaba una velocidad de 28 nudos y fue creado para poner minas en las rutas de los barcos aliados. Los expertos están de acuerdo en que este pecio, el más fotogénico, es el mejor de Scapa Flow. Su torre de control se reconoce de forma instantánea. Debido a su deterioro, a los buceadores se les aconseja no entrar en el barco. La superestructura principal permanece intacta y los cañones todavía están en posición, apuntando a popa. En cuanto al timón, se encuentra en el fondo.

El Koln fue construido en Hamburgo y descansa entre 30 y 35 metros. Está relativamente intacto, exceptuando un agujero en la popa.

El Karlsruhe se halla a tan sólo 24 metros. Debido a su superficial localización, ha sido expuesto a los efectos de fuertes tormentas. De todas formas, a pesar de su deteriorada condición, es una inmersión interesante: su escasa profundidad garantiza una vida marina muy rica.

El hundimiento de barcos de bloqueo por orden de Churchill

Estos barcos fueron hundidos durante la I y la II Guerra Mundial con el fin de bloquear los canales que existen entre las cuatro islas que dan acceso a Scapa Flow. Se pensó entonces que el hundimiento de esos barcos sería suficiente para lograr que los canales no fueran navegables, protegiendo de esta manera a la flota británica de submarinos y barcos enemigos. Sin embargo, en octubre de 1939 un buque alemán fue capaz de evitar los barcos de bloqueo y torpedeó al impresionante Royal Oak. En tan sólo cinco minutos, este acorazado se hundió y acabó con la vida de 833 hombres. Hoy en día, no se bucea en este pecio, que es considerado un cementerio de guerra.

Como respuesta a esta tragedia, sir Winston Churchill mandó levantar una serie de barreras a través de los cuatro canales para bloquearlos de manera efectiva. Estas barreras fueron construidas por los prisioneros de guerra italianos deportados en Orkney y, en la actualidad, proporcionan protección al mermar los fuertes oleajes.

Entre los barcos de bloqueo, destacan varios hundidos en la zona de Burra Sound, en el oeste de Scapa Flow que, debido a las potentes corrientes que imperan allí, aseguran una visibilidad sorprendente y una abundante fauna marina. Son los únicos pecios en los que el buceador ávido tiene la posibilidad de hacer toda la inmersión en el mismo interior del barco.

Destaca el Tabarka, construido en Rotterdam. Dos agujeros en su casco permiten el acceso a las salas de calderas y de motores. Las corrientes que azotan Burra Sound obligan a hacer esta inmersión cuando el agua está calmada.

El Tabarka recuerda a una catedral, con la luz entrando por las escotillas. La visibilidad en su interior es tan buena que parece que estés sumergido en aguas tropicales.

El Inverlane es otro de los barcos de bloqueo, situado a la entrada de Burra Sound a 15 metros de profundidad. Su deteriorado mástil está cubierto de anémonas de tres colores diferentes. Las estrellas de mar también crecen en la superestructura del Inverlane. Las medusas y alguna foca hacen su aparición en ocasiones en la penumbra.