Sierra Nevada, un paraíso para los deportes de invierno, pues durante la época de frío no hay un mejor lugar en el que disfrutar de la nieve y de todo lo que está relacionado con ella. La verdad es que no había esquiado nunca. Es más, mi experiencia más cercana con la nieve se remonta a las excursiones de pequeña a la sierra. Pero animada por unos amigos... ¡aquí estoy, lista para marchar!
Según los entendidos a una de las mejores pistas de esquí España en cuanto al trazado, longitud y tratamiento de la nieve. Antes de comenzar el viaje me recomendaron una puesta a punto para no terminar con demasiadas agujetas: un poco de bicicleta, abdominales y ejercicios de cuadriceps, femoral (para evitar roturas de ligamentos) y flexiones de piernas...
Además, me han asegurado que para mi "bautizo de nieve", no hace falta que deje la cuenta corriente en números rojos, el equipo se puede alquilar para los dos días por poco dinero. Lo que sí me han aconsejado es que me probase bien las botas antes de escoger unas, que me asegure de que no queden demasiado grandes y ajustadas, y nada de dos pares de calcetines ni cosas por el estilo, lo único que puedes conseguir con esto es una lesión.
Nosotros llegamos a Granada en coche, pero a Sierra Nevada también se puede llegar en autobús, tren y avión, es una de nuestras estaciones de esquí mejor comunicadas. Aquí comienza en viaje, me han advertido que en dos días no voy a aprender mucho, pero merece la pena probar, ¿no?. Si quieres, me puedes acompañar, promete ser divertido...
El primer día, nada más llegar, nos instalamos y partimos rumbo a la pista, donde nos estaba esperando el monitor para darnos un breve curso de esquí. Cogí el material que necesitaría y empecé a deslizarme cuesta abajo con el resto de amigos, muy divertido, por cierto. Eso sí, me costó pillar un poco la técnica de frenar y girar, pero cuando me hice con ella ya no había quien me parara los pies (mejor dicho, los esquís).
Paramos para comer, pues por todos es sabido que en el momento en el que haces algo de deporte el apetito se despierta. No dedicamos mucho tiempo a la sobremesa, pues sabíamos que la nieve nos esperaría otro rato más, así que no podíamos dejar escapar la oportunidad de volver a las pistas. Y después de todo un día esquiando no es de extrañar que por la noche acabáramos agotados...
Al día siguiente tuvimos que madrugar, pues aunque cueste, es el mejor modo de aprovechar el tiempo. Después de mirar el parte meteorológico y pagar el forfait del día, Pedro, uno de mis amigos, me invitó a un paseo en moto de nieve. ¡No he pasado un rato más emocionante en mi vida! Subiendo y bajando pendientes, alcanzando velocidades de vértigo. Creo que todavía me queda mucho por aprender antes de lanzarme a conducir yo....
Después, alquilé unas raquetas con mis amigas y me puse a caminar, una actividad muy divertida aunque más relajada que el paseo en moto. Para utilizar las raquetas, no se necesita ninguna preparación especial, así que me dispuse a conocer un poco más la sierra, puesto que puedo acceder a muchos de los lugares que con los esquíes no puedo alcanzar. Eso sí, antes de empezar a caminar, me hice con un mapa y marqué una ruta para no perderme en la nieve, toda precaución es poca.
Pero eso no es lo único que se puede hacer en esta estación. Los aficionados al esquí de fondo, de travesía y al snowboard (no sé como pueden mantener el equilibrio en una sola tabla) también tienen su sitio en la sierra. Además se pueden realizar otras actividades, como excursiones en trineo de nieve, esquiar de noche o volar en parapente. Por otra parte puedes encontrar otras actividades para los más tranquilitos, pues hay campos de fútbol, cancha de tenis, baloncesto, voleibol, piscina... ¡hasta rocródomo!
Salvo las interminables colas, el talón de Aquiles de la estación, todo es perfecto aquí, será por eso por lo que hay tanta gente en la zona. Bueno... algún precio hay que pagar por poder esquiar en un lugar como éste. Tanto caminar abre el apetito... paramos a comer un bocata de lomo en uno de bares de la sierra. Nadie para de esquiar y se sienta en un restaurante ¡hay que aprovechar la nieve hasta el ultimo momento! Por eso lo típico es parar un rato, comer algo rápido y volver lo antes posible a la pista.
Todavía queda mucho por hacer hasta las 5 de la tarde en la sierra. Así que me marcho otra vez a Borreguiles a seguir intentando mantener el equilibrio con unos esquís. Hago una visita a la tienda de la estación (nunca puedo reprimir la tentación) para llevarme algún recuerdo del viaje. Ya aprovecho y me compro unos guantes y un gorro deportivo (no viene mal con el frío que está haciendo este invierno). Aprovecho la ocasión para mirar los precios de los equipos, ya que en las tiendas de las estaciones de esquí se puede encontrar todo el material, tanto para venta como de alquiler. Después, vamos al Restaurante Los Jamones, a tomarnos la última tapa del fin de semana.
Bueno.... ya es hora de volver a casa y ya hace un rato que anocheció... La verdad es que me ha sabido a poco esto de esquiar. Si podéis, pasad una semana como mínimo para coger un poco de práctica en esto de esquiar y poder realizar alguna de las actividades que oferta Sierra Nevada. Lo de hacer parapente me ha picado la curiosidad, igual que lo de visitar a fondo el Parque Natural...