Los deportes de aventura cuentan con numerosos profesionales que cuentan con trayectorias intachables. El mundo del caballo no podría ser menos, ofreciéndonos historias como las del jinete italiano Federico Caprilli, considerado por la prestigiosa revista L´Année Hippique como el mejor jinete de saltos de obstáculos del siglo XX.

Es indudablemente difícil establecer criterios para elegir el mejor jinete de un siglo, pues no sólo es un tiempo muy largo sino que existen criterios y circunstancias muy variables. De Caprilli, sin lugar a dudas, se puede asegurar que sus teorías, que él y sus discípulos llevaron a la practica y que aún perduran, cambiaron absolutamente el salto de obstáculos a caballo.

Caballo saltando


Antecedentes históricos a Caprilli

Para comprender bien la revolución que supuso Caprilli en la equitación hay que remontarse en la historia y recordar brevemente a los antecesores del jinete italiano.

En el siglo XVI Antoine de Pluivinel, seguidor de los métodos de Pignatelli y Grisone, preconizó suavizar las ayudas y trató de ser más comprensivo con los caballos, pero aun así sus teorías estaban basadas en trabajos exclusivamente en picaderos y utilizaba los pilares, que ya entonces, en opinión de muchos restringían el avance del caballo, y aunque no exento de gran sensibilidad y grandes conocimientos, practicaba una equitación poco natural en la que no se le concedía al caballo la menor iniciativa.

Más tarde es Guerinière (1688-1715), a quien se ha considerado "el padre de la equitación clásica", quien marcó las corrientes europeas (Versalles, Saumur y la Escuela Española de Equitación de Viena) y dio gran valor a la mejora de los movimientos y a la flexibilidad, de aquí que fuera el inventor de "la espalda adentro" e insistió en la no necesidad del castigo físico, tan de moda en algunas escuelas de épocas anteriores, y aunó las ayudas de las piernas con el asiento.

Caprilli con sus compañeros


François Baucher (1796-1873), fue un jinete que trabajó principalmente en las pistas de los circos y practicó la equitación que se ha llamado "mano sin pierna-pierna sin mano", tal vez debido a que tenía impedidas las piernas a causa de que se le cayó una lámpara de araña mientras montaba. Sus números circenses llegaron incluso a ser estrafalarios pero, no obstante, fue un gran estudioso y un gran pedagogo con excelentes cualidades que dejaron un gran significado en la equitación francesa.

Contemporáneo a Baucher fue D´Aure, también gran jinete pero que utilizó sistemáticamente la fuerza contra las resistencias de los caballos.

Más tarde de François L´Hotte se puede decir que sintetizó a Baucher y a D´Aure. Enseñaba las teorías de D´Aure pero montaba sus propios caballos bajo las teorías de Baucher. El conjuntar ambas teorías hizo que L´Hotte tal vez fuera el jinete mas completo de su siglo.

También trabajó en el circo el inglés James Fillis, que practicó movimientos como el galope hacia atrás, ejercicios sobre tres extremidades y el salto pero realizándolo sentado en todos sus tiempos, incluso en el descenso y en la recepción, sujetando al caballo fuertemente con las riendas sin dejarle emplear el cuello.

Lo anteriormente expuesto indica que se practicaba una equitación fundamentalmente en picaderos, para nada exenta de grandes conocimientos e importantes aportaciones, pero en absoluto natural, sin aprovechar las cualidades innatas de los caballos. En cuanto al salto, Caprilli aportó aquí sus mas definitivos e innovadores conocimientos como luego veremos.
 
Caprilli sobre caballo


Su formación y sus éxitos deportivos


La formación en Módena, Piamonte y Pinerolo


En 1886, fue admitido en la Escuela Militar de Módena como alumno del arma de caballería, pero estuvo a punto de ser rechazado en la inspección médica por una cierta desproporción entre el tronco y las extremidades. Medía 1´83 m.

En Agosto de 1888, fue destinado al Regimiento de Caballería de Piamonte, y en otoño del mismo año a la Escuela de Caballería de Pinerolo, pero en estos destinos fue considerado, curiosamente, como un alumno mediocre, tal vez porque empezaba a poner en práctica sus ideas, que eran consideradas como una atrevida indisciplina. Caprilli se había dado cuenta que la equitación poco natural que se practicaba en los picaderos no era la idónea para la caballería que tenía que desplazarse rápidamente campo a través y salvando los obstáculos naturales.

En 1868 va a Nola al Regimiento de Lanceros de Milán y empieza a aplicar sus métodos seguido por los capitanes Fabio Pandolfi y Giorgio Emo de Capodilista, basando sus teorías en la libertad, en no producir dolor y en acoplarse siempre al equilibrio del caballo. Es en esta época cuando Caprilli dedica muchísimo tiempo a observar a los caballos saltar en libertad, sacando grandes conclusiones que aplica en su equitación. En aproximadamente un mes con su método convierte a los caballos mas difíciles en sumisos y tranquilos. Lógicamente tiene que diseñar un nuevo tipo de montura que se adecue a su forma de montar.

Sus éxitos deportivos

  • En 1893 es el primer oficial que participa en el Gran Steeplechasse de Roma, quedando segundo.
  • En 1893 con el caballo Bagongo supera 1´60 m. y en 1901 con Vecchio salta 1´85 m., algo sorprendente en su época.
  • En 1907 gana el Campeonato de Armas de Roma (antiguo concurso completo) , lógicamente la equitación de Caprilli se adecuaba perfectamente a esta disciplina.

La muerte de Caprilli. Sus discípulos

En 1907, a los treinta años muere por lo que no pudo ver, por su temprana muerte, como se expandían sus teorías por todo el mundo y como ya nadie dejaría de saltar como el propuso.

El mejor jinete de la historia


En los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920, la medalla de oro individual en salto de obstáculos la ganó el Lugarteniente Tomasso Lecquio y la de plata lel Mayor Valerio practicando la más depurada equitación de Caprilli.

El concurso hípico en su modalidad de salto de obstáculos a partir de los años ochenta empieza a tener cambios muy significativos, en forma principalmente de acortamiento de distancias, saltos condicionados, obstáculos menos armados y de consistencia mas liviana y recorridos en su conjunto mucho mas técnicos, y si bien se sigue saltando con el sistema de Caprilli, estas modificaciones tal vez nos hagan acordarnos de algunas sabias enseñanzas de las escuelas de doma clásica.