Como en todos los deportes, cuando practicamos deportes de invierno también consumimos una determinada cantidad de energía que de otro modo no gastaríamos. Por eso, es preciso tener cierto control y saber cómo actuar dependiendo de ello.
¿Conoces las diferencias entre hidratos de carbono, grasa o proteína?
Existen pequeñas diferencias en estos equivalentes al variar el tipo de macronutriente energético (hidratos de carbono, grasa o proteína) utilizado. De esta manera, la utilización de un litro de oxígeno metabolizando únicamente de grasas genera 4.48 kcal (19.59kj); el consumo de un litro de oxígeno para el metabolismo de proteínas se asocia a un equivalente de 4.48 kcal (18.75 kj), cuando se metaboliza glucógeno el equivalente es de 5.06 kcal (21.18 kj). Con objeto de facilitar los cálculos se acepta que un consumo de un litro de oxígeno, independientemente del combustible utilizado, equivale a 5 kcal (20.90 kj).
El gasto energético... ¿kcal, kj o METs?
El gasto energético asociado a una actividad se puede expresar también en kcal, kj o en METs. Los METs se utilizan para expresar el gasto energético, el MET equivale a un consumo de 3.5 ml de oxígeno por kilogramo y por minuto, se estima que en el adulto el gasto en reposo equivale a un MET. Se puede expresar el número de MET que consume una determinada actividad física. En la tabla siguiente se describe el coste energético asociado a distintas actividades físicas y/o deportes de nieve.
El gasto energético es elevado en todas las actividades de invierno: esquí, esquí de fondo, snowboard... algunos autores describen que el gasto energético diario total en esquiadores de fondo se sitúa entre 4.800 y 6.000 kcal durante la mayoría de la temporada este incluye dos sesiones diarias de entrenamiento. En esquí de fondo, el gasto energético consumido en distancias de 15 km y de 50 km se ha valorado en 950-1.200 kcal y en 3.100-3.600 kcal respectivamente.
Balance energético
Se puede estimar mediante encuestas o medir mediante pesada el consumo de alimentos (aporte de energía) y, paralelamente se puede estimar el gasto energético diario que incluya el gasto asociado a la actividad física. De esta manera, se puede analizar el balance energético o relación entre el aporte y el gasto energético.
Cuando el balance es negativo el deportista requiere movilizar sus reservas energéticas (triglicéridos o grasa del tejido adiposo) para compensar el gasto energético. Cuando el balance es positivo, el ingreso de energía es mayor que el gasto, la energía que no se gasta se almacena en forma de grasa en el tejido adiposo.
Sin embargo, en el aumento de la grasa corporal influye en gran medida la composición cuantitativa de la dieta, cuando el exceso de energía se consume en forma de grasa es mucho más probable que se almacene en forma de grasa que cuando se consume un exceso de hidratos de carbono o de proteínas. Dentro del grupo de los HC (hidratos de carbono) es más probable que se almacenen en forma de grasa aquellos que conducen a una rápida secreción de insulina (HC de rápida absorción), ya que esta hormona estimula la síntesis de lípidos (hormona lipogénica).
Los cambios en el peso corporal pueden no ser indicativos de este balance especialmente en deportistas ya que en estos el aumento de masa muscular asociado al entrenamiento de fuerza o de potencia podría enmascarar una reducción de la grasa corporal. La masa muscular al tener una mayor densidad que la masa de tejido adiposo, para un mismo volumen pesa más, por tanto es posible aunque estemos en balance equilibrado de energía, el aumento de peso asociado a un cambio en la composición corporal.
Ahora que hemos especificado un poco más acerca del gasto energético, serás consciente de las calorías necesarias para combatir una gran jornada en las pistas de nieve.