El esquí alpino es uno de los deportes más apreciados en Francia, tanto por la sensación de libertad al deslizarse como por la adrenalina que ofrecen las pistas. Esta disciplina puede hacernos vivir todo tipo de emociones con momentos inolvidables en familia o entre amigos.

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Descubre las diferentes trucos para progresar en esquí alpino.

Alivio magnífico de una cordillera que se puede contemplar en sus lugares más importantes de


Las bases del esquí alpino


Es cierto que para los principiantes, solemos recomendar mucha precaución en la pista durante el aprendizaje. Existen varios niveles de pendientes diseñados según inclinación y dificultad. Las pistas se clasifican en 4 niveles: verdes, azules, rojas y negras.

Puedes consultar los colores en los paneles de la estación o en los postes que delimitan la pista:

  • La pista verde tiene una pendiente suave y ancha, perfecta para novatos que quieran mejorar su técnica.
  • Luego está la pista azul con mayor inclinación, ideal para esquiadores que busquen velocidad con seguridad, gracias a su amplitud que permite giros amplios.
  • Las pistas rojas y negras no son para principiantes, requieren rigor y buen dominio. La pendiente puede ser muy pronunciada (las negras más que las rojas). Si tienes cierta base y buscas emociones fuertes, podrías aventurarte... con prudencia y sin molestar a esquiadores expertos.

 Descenso de una pista de esquí en el departamento de Alpes-Maritimes


Un deslizamiento impecable


Al principio, por falta de confianza, el esquiador no conecta con la profundidad de la pista y se posiciona instintivamente sobre la parte trasera de los esquís, fuera del centro de gravedad. Este punto clave, situado más abajo, permite el movimiento adecuado y es fundamental para empezar. Varía según tu posición y define tu equilibrio durante el descenso.

La postura óptima consiste en flexionar ligeramente tobillos y rodillas hacia delante mientras mantienes la espalda recta y hombros paralelos a la pendiente.

En los giros, los esquís deben alinearse con tus caderas. Inclina el cuerpo sobre el esquí exterior y aligera el peso al terminar el giro para reubicarte. La fuerza para girar debe provenir solo de piernas y muslos. Nunca gires rotando los hombros: te desequilibrarás y caerás.

 maravillosos en el corazón de la naturaleza


La colocación del bastón también es clave, ya que marca el ritmo del deslizamiento. Proporciona equilibrio y flexibilidad en los giros. Bien ejecutado, se clava para facilitar el control postural. Debes plantarlo delante, en dirección al giro que vas a realizar.

Sentir molestias en tibias al finalizar es normal, igual que la presión de una buena postura. Estas pequeñas molestias no son nada comparadas con la felicidad, ligereza y libertad que regala el esquí. Este deporte brinda momentos extraordinarios con seres queridos y la oportunidad de admirar los panoramas sublimes de las mejores estaciones.