El buceo recreativo ha sido una práctica que, con el paso de los años, ha ido aumentando. En la últimas décadas se ha experimentado un espectacular aumento en cuanto al número de aficionado. Una muestra de ello es la proliferación de centros y clubes de buceo en todos los rincones de las zonas de costa de España y del mundo.
Normativa vigente en España para la práctica del submarinismo
El 2 de junio de 2020, se publico en el BOE un Real Decreto que hablaba sobre las normas de seguridad para el ejercicio de actividades subacuáticas. Hablamos concretamente del Real Decreto 550/2020, de 2 de junio, que a pesar de ser el buceo una actividad regulada sobre todo a nivel autonómico, el estado estableció una normativa general, en la que se marcaban los aspectos mas generales.
Siguiendo entonces la normativa del mencionado Real Decreto, la práctica del buceo deportivo-recreativo en España queda, por tanto, regulada por las siguientes directrices:
- Todo buceador debe estar en posesión de un “seguro de accidentes y de responsabilidad civil”, bien por medio de su licencia federativa o suscribiendo un seguro privado que cubra cualquier incidente durante el desarrollo de la actividad.
- En la planificación de las inmersiones se evitará superar el límite de tiempo sin descompresión (curva de seguridad), vale un incremento de seguridad sobre el tiempo límite de las mismas. Los programas de enseñanza de las distintas titulaciones deberán, por tanto, incluir explicaciones y manejo de tablas de descompresión.
- Las tablas de descompresión podrán ser sustituidas por un ordenador de buceo.
- La profundidad máxima de buceo recreativo queda limitada a 40 metros con un equipo autónomo de aire o nitrox.
- Cuando se realicen inmersiones a profundidades superiores a 40 metros, es aconsejable el empleo de equipos de comunicación con superficie.
- Las operaciones de rescate y recuperación de cadáveres podrán realizarlas solamente las Fuerzas de Seguridad del Estado (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, pertenecientes a la Guardia Civil; Centro de Buceo de la Armada; etc.) y/o buceadores profesionales, excepto en circunstancias de emergencia donde la intervención represente la protección de vidas humanas.
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A pesar de ello, existen múltiples factores que pueden requerir de nuestra actuación. Bajo el agua, en determinadas circunstancias, es cuestión de tiempo el que un pequeño problema crezca y se convierta en algo más serio si no actuamos correctamente. La importancia del compañero queda fuera de duda en estas situaciones.
Rescate en el fondo de un buceador con problemas
Ante un incidente leve...- Un fuerte calambre o indisposición para nadar: si es posible, estiramiento suave de la zona afectada con nuestra ayuda. Si los síntomas no remiten, ascenso lento por un lugar despejado a superficie.
- Síntomas de narcosis de nitrógeno: ascenso de unos metros, lo más probable es que los síntomas disminuyan o desaparezcan. En caso contrario, ascenso lento hasta la superficie comprobando, cada cinco metros, su estado.
- Rotura de la máscara o pérdida de la misma. En caso de que nadie lleve una máscara de recambio bajo el agua, ascenso lento y controlado por un lugar despejado a superficie.
- Señales de malestar, debilidad, mareo, frío, ansiedad, etc. Ascenso controlado a superficie. En caso de vómito, es importante recordar que es posible toser, escupir o vomitar con el regulador puesto. Puede alternarse la respiración con cualquiera de estas acciones bajo el agua. Es mucho más seguro no quitarse el regulador de la boca, por el riesgo de tragar agua.
- Se dispondrá de un embarcación en superficie para ayuda y auxilio de los buceadores. Toda embarcación empleada en actividades de buceo deberá izar la bandera Alfa del Código Internacional de Señales. Cualquier otra embarcación deberá navegar a no menos de 50 metros del lugar donde se encuentre fondeada una embarcación en la que ondee la bandera Alfa.
- El número mínimo de buceadores para efectuar inmersión con equipo autónomo será de dos y deberán tener en cuenta aspectos como no bucear nunca solo y en ca1so de cansancio, falta de ganas, malestar, etc. mejor no sumergirse.
Ante un accidente grave...
Al colocarnos por detrás para ascender al compañero en casos graves, evitaremos que se le caiga la boquilla del regulador y facilitaremos la salida del aire y una posible SSP.
- Pérdida de conocimiento o síntomas de ahogamiento
Procuraremos mantener la calma y, pese a que realicemos un ascenso rápido, reduciremos la velocidad en los últimos diez metros. Soltaremos aire continuamente y presionaremos el pecho del accidentado con nuestro antebrazo derecho con el fin de facilitar la salida del aire en sus pulmones.
- En superficie. Actuación en casos graves
Liberaremos al accidentado, mientras le arrastramos de espaldas al barco o la costa, de los plomos y escafandra. Trataremos de comprobar sus constantes vitales: sentido, respiración y pulso. Para ello le hablaremos y buscaremos su pulso en el cuello, si no lleva capucha, o en la muñeca. El barco habrá venido a nuestro encuentro, rápidamente le izaremos a bordo y comprobaremos, de nuevo, sus constantes vitales.
- En caso de pérdida de conocimiento
- En caso de parada cardiorrespiratoria
Iniciaremos la RCP básica (2 insuflaciones de aire y 15 compresiones cardíacas, si la realiza un solo socorrista; 1 insuflación, el primero, y 5 compresiones el otro, si la realizan entre dos), mientras le trasladamos al lugar acordado para su posterior evacuación por los servicios sanitarios. Cada tres o cuatro ciclos, comprobaremos de nuevo sus constantes vitales, si fuera necesario no cesaremos hasta evacuarle, para mantenerlo oxigenado.
¿Y qué pasa si hay un accidente de descomprensión?
En caso de síntomas de accidente de descomprensión (Cansancio o debilidad excesiva, picores generalizados, dolores de cabeza, musculares y articulares, parálisis facial o alguna zona corporal junto a la pérdida de conocimiento), avisaremos por radio a los servicios sanitarios para que organicen el traslado a la cámara hiperbárica más cercana. Si existe a bordo un equipo de oxígeno, la persona cualificada en su manejo le suministrará oxígeno durante el traslado.
Suministrar oxígeno a un accidentado durante el traslado puede disminuir los síntomas y evitar que se agrave la situación. Ayuda a que se elimine más rápidamente el nitrógeno de los tejidos. Oxigena los mismos, aunque estén afectados por embolia gaseosa o esté disminuida la capacidad pulmonar (pulmones encharcados de agua).
También conviene evitar la deshidratación, que agrava la enfermedad descompresiva (ED), suministrando líquidos al accidentado si está consciente (en ningún caso bebidas alcohólicas o con gas).
No hace falta decir que todos los centros de buceo tienen un plan de emergencias y evacuación para actuar en caso necesario. Debe incluir medidas de seguridad tales como: una embarcación de apoyo, botellas de seguridad a tres metros o un equipo de oxigenación a bordo manejado por una persona con la cualificación y titulación necesaria.
¿Cuándo no está permitido bucear?
Todo aquel buceador que se encuentre en bajo estado físico o psíquico, no podrá sumergirse. Los estados de ansiedad, embriaguez, efectos de las drogas, tener alguna enfermedad e incluso el hecho de tener sueño puede ser un facto muy importante para que esta práctica no se desarrolle de manera correcta.
Se debe evitar en cualquier caso llevar a cabo inmersiones con corrientes superiores a un nudo, y siempre que las condiciones atmosféricas impidan la maniobra normal de la embarcación de apoyo en la recogida de los buceadores.
Y, por supuesto, cuando la inmersión requiera paradas de descomprensión y el estado de las aguas no permita realizar con seguridad y a la profundidad exacta, las pertinentes paradas, no se realizará la inmersión.
¿De qué se compone el equipo mínimo necesario para la práctica de buceo?
El equipo mínimo obligatorio que deberá llevar cada buceador con equipo autónomo estará compuesto por:
- Chaleco compensador de flotabilidad (jacket o collarín) provisto de un sistema de hinchado bucal y otro automático (directo a la botella de suministro de aire a través de la primera etapa del regulador o por medio de un botellín).
- La botella contará con un mecanismo de reserva o el regulador irá provisto de un sistema de control de presión interior (manómetro, transmisor al ordenador de buceo, etc.).
- Reloj, profundímetro u ordenador de buceo.
- Cuchillo.
- Dos segundas etapas, aunque se recomienda llevar dos reguladores independientes.
La única forma de reaccionar correctamente ante una situación de emergencia es con entrenamiento previo. Existen cursos especializados en salvamento y rescate en todas las organizaciones de buceo o impartidos por servicios sanitarios. En cualquier caso, no está de más recordarlo y practicar de vez en cuando con nuestro compañero habitual... por si acaso.