¿Qué es el highline?
Imagina que estás en una montaña y quieres cruzar a la que está en frente pero no quieres bajar de nuevo y volver a subir o escalar, en su caso, la otra roca. ¿Qué puedes hacer? Anclar y tensar una cuerda de nailon en ambas cimas e ir "paseando" de una a otra. Dicho así suena muy fácil, ¿verdad? Pues ojo, que tiene su miga.
Cruzar una cuerda y/o bailar en ella es algo que se remonta a la época de griegos y romanos pero no ha sido hasta allá por los años '80 cuando se pensó en el highline que conocemos hoy en día. Éste fue ideado por una pareja de escaladores americanos, Adam Grosowsky y Jeff Ellington, quienes comenzaron a hacer equilibrismos en cadenas y cables.
Pimero practicaban este hobby en aparcamientos o parques cercanos a sus lugares durante las salidas de escaladas, pero más adelante emplearon cintas tubulares planas de su equipo de escalada y lo pusieron de moda entre los escaladores de la zona.
Hoy en día se ha extendido por todo el mundo.
En 2012 tuvo la primera concentración de personas que practican este deporte extremo en Monte Piana, en Dolomitas (Italia). Allí se reunieron a 2.000 metros de altura, compartiendo su pasión por la montaña y la adrenalina. La reunión tuvo lugar durante toda una semana y tuvo tanto éxito que se repite anualmente.
¿Qué hace falta para practicarlo?
Es necesario que quien lo quiera practicar sea muy bueno controlando su cuerpo y manteniendo el equilibrio. Puede empezar entrenándolo a no mucha altura, aprovechando las cuerdas para hacer slackline que se han puesto de moda últimamente y que se atan a dos árboles.
El highline pone a prueba a los más aventureros, haciendo que éstos desarrollen técnicas no sólo para andar hacia delante y hacia detrás en la cuerda, sino también para poder hacer trucos como saltos y piruetas, ya que es una cuerda dinámica y como es plana, no gira sobre sí misma.
Para practicarlo se requiere ir con ropa cómoda, se suele ir descalzo y es muy importante no olvidar un arnés de seguridad que irá enganchado mediante un mosquetón a la cuerda, por si hubiera una caída, como es lógico, no desplomarse al vacío.
Hay que tener en cuenta que, al practicarse en lugares muy altos, las condiciones del clima pueden ser frías o haber viento, con lo que conviene ir con ropa acertada y evitar los días de aire.
Y a ti, ¿qué te parece? ¿Te atreverías?
