¿Has visto caer los primeros copos de nieve? Ha llegado el momento de practicar deportes de aventura, ¿dónde? En las pistas de esquí. Hay infinidad de deportes que practicar a lo largo de todo el año y como no podía ser de otra forma, el invierno también viene cargado de emoción.
¿Qué te parecería pasear en la nieve? Pensarás que hace frío, que te cansarías mucho, que se te hundirían los pies... Bueno, puede que pases frío pero basta con abrigarse bien y estar preparado para un día en la nieve. En cuanto a que puede que te canses, evidentemente no es lo mismo que pasear sobre terreno sólido, pero ¿a caso vas a dejar pasar esta oportunidad? ¡Ya descansarás a la vuelta a casa! Y si se te hundirían o no los pies... ¿No has oído hablar de las raquetas de nieve?
Las raquetas de nieve son la herramienta ideal para andar sobre el paisaje blanco. Los amantes de la naturaleza no pueden perderse esta actividad, así que mucho ojo con decidir quedarse en casa viendo una película con la calefacción puesta. Intentar caminar sobre la nieve puede resultar muy difícil, pues es obvio que los pies se hunden y acabas muy cansado sin apenas avanzar.
Pero si usas las raquetas podrás darte cuenta de que es mucho más fácil de lo que en un principio imaginabas, pudiendo caminar durante mucho más tiempo y de una forma más cómoda de lo que parece. Un invento que lleva entre los montañistas desde hace muchos siglos pero que el paso de los años ha ido transformando en unos elementos muy sofisticados.
Su uso no es muy complicado, pues a lo único a lo que tienes que acostumbrarte es al volumen de tus pies: te parecerán más anchos de lo normal. Es importante que las raquetas tengan alzas en el talón y que al realizar las subidas lo hagas en forma de zig-zag. Para bajar lleva la raqueta en posición fija, así tendrás mayor control al dar los pasos y es recomendable que evites las laderas heladas.
Cuentan con unas fijaciones móviles que las bloquean en las bajadas y permiten que las subidas sean de lo más tranquilas. Es muy importante que escojas unas con las que te sientas totalmente cómodo, pues tienes que tener en cuenta que realizar una excursión con ellas puede durar unas horas y si estás molesto puede ser una mala experiencia.
El tamaño de la raqueta de nieve tiene que guardar relación con tu peso y recuerda que los materiales que te resulten especialmente ligeros puede ser menos resistentes. Fíjate en las botas que lleves, porque tienen que encajar con las fijaciones de las raquetas. Si eliges las que tienen correas no tendrás que preocuparte por nada, pues se adaptan a todo tipo de raquetas.
Algo muy importante: si la nieve está dura necesitarás que las raquetas dispongan de una cuchilla metálica tanto en los lados como en la puntera. No es recomendable que se utilice en superficies heladas y sin embargo no deberían faltar en tu equipo unos bastones.
Una vez tengas todo listo, no dejes de acudir a una escuela de raquetas de nieve porque podrán enseñarte no sólo a utilizarlas sino también unos paisajes de lo más bonitos.
