Un vuelo en parapente por Santa Pola es toda una experiencia aparte. Este municipio costero alicantino tiene gran parte de sus parajes protegidos, por lo que si vas a dar el paso de volar (sin motor alguno) sobre el litoral de la Costa Blanca, estarás apostando seguro por una aventura que muchos sueñan. Aquí te espera sol y playa, pero de una forma única pues esta resulta una de las mejores provincias para volar gracias a sus vientos de Levante, así que, si esta es tu primera vez, no has podido encontrar un rincón mejor. Prepara ropa cómoda, calzado deportivo y apúntate estos rincones tan espectaculares que te vamos a contar porque no necesitarás nada más para deleitarte con este deporte aéreo.

Como es de esperar, la gran mayoría de los vuelos en parapente de Santa Pola son por la costa, así que tendrás el plan perfecto para deleitarte con este precioso litoral Mediterráneo de una manera muy lejos de lo común. Cuando el viento choca con los arrecifes de esta localidad se genera unas corrientes de aire ascendentes que nos permiten volar con el parapente a unos 250 metros de altura sobre el nivel del mar, teniendo así unas vistas de sus playas y sus entornos realmente envidiables.

Si quieres volar en parapente por Santa Pola, encontrarás un par de rincones con los que podrás apreciar la costa alicantina como pocos pueden:

¿Dónde hacer salto de parapente en Santa Pola?

- Encontrarás infinidad de vuelos en parapente por el faro de Santa Pola. Se trata de un rincón icónico de esta localidad que podrás conocer de esta forma tan emocionante. El punto de despegue suele variar en función de la empresa, pero el objetivo siempre es el mismo, descubrir este imponente faro blanco que se alza sobre un peñón al borde del Mediterráneo. La experiencia es casi insuperable, acunado por la suave brisa alicantina, tendrás un trayecto de ensueño que te llevará por encima de preciosas playas, muchas de ellas consideradas reservas naturales, como las preciosas Calas del Cuartel. Además, pasarás por infinidad de calas, como la Platja de Mare de Deu o el Parc del Llebeig, otro rincón costero protegido de Santa Pola.

- El Cabo de Santa Pola es uno de nuestros destinos favoritos por los que volar en parapente por esta región alicantina. Si escoges este lugar y tu vuelo te lleva en dirección sur, bordearás toda la costa de Santa Pola, pudiendo ver los lugares más bonitos de esta localidad. Partiendo desde el Cabo de Santa Pola, tendrás preciosas vistas del casco urbano del municipio, de su inmenso puerto y del espectacular parque natural de las Salinas de Santa Pola, un inmenso entramado de lagunas saladas donde habita la fauna avícola más salvaje y exótica de todas, y si tienes suerte, incluso podrás ver sus lagunas tintadas por completo de rosa habitada por elegantes flamencos.

- Con un vuelo en parapente podrás tener unas vistas de la Isla de Tabarca que nadie puede tener. No es que vueles por la propia isla, sino que, por la proximidad con Santa Pola, podrás ver este mítico islote bien de cerca. Es una experiencia mágica, así que asegúrate de agenciarte un vuelo cuyo itinerario pase por aquí, no te lo querrás perder.

- Por último, tenemos que hablar de Agost. Se trata de un municipio que no está en Santa Pola como tal, pero que está realmente cerca. Es un rincón perfecto para volar en parapente si las condiciones no son favorables por la costa o si no has encontrado disponibilidad y en tan solo 40 minutos ya habrás llegado. Aunque no puedas ver las magnificas playas que bañan a esta región te espera un itinerario por el interior de Alicante que impone, porque planearás entre colinas y montañas, como por la Sierra del Maigmó, el Parque de Montaña Daniel Esteve o la Cresta de la Foradadá, todo ello despegando desde el Palomaret, una zona de Agost pensada única y exclusivamente para vuelos en parapente, así de emblemática es esta zona para disfrutar de este deporte aéreo.

No hay experiencia más auténtica a la hora de volar que con este deporte aéreo y lo mejor es que no hace falta nada salvo las ganas, porque puedes probar esta actividad en tándem, es decir, enganchado a un instructor de vuelo para no tener que pensar en nada salvo en contemplar las vistas desde el parapente. ¿Volamos?