El oasis ha estado activo desde 1994 como un centro abierto, después de haber estado tratando hasta ese momento con la protección de los animales salvajes que pueblan el área.
Al descubrir que para los animales salvajes no era una fuente de estrés, la presencia humana en el parque se introdujo gradualmente, con la construcción de pasarelas casi invisibles que pueden permitir que el visitante se introduzca en la anidación colonial de las garzas, los pescadores de martin, los picos, los flamencos, las cigarrillos y el mignattai.
El proceso complementario no se limita en el parque a la reconstrucción de un hábitat natural que permite a los animales de las condiciones de vida similares a las del medio ambiente natural, sino que se compromete, también en la recreación lo más fiel posible de la cadena alimentaria de cada especie, así como las relaciones normales que la especie podría haber integrado entre sí en un estado no en cautiverio.
Para permitir que incluso los pequeños se pongan en contacto con estas realidades naturales, se organizan visitas dedicadas a la guardería, con guías calificadas del parque.
La entrada al parque está permitida al comprar el boleto. El costo no incluye la negociación de las guías, que sigue a la tarifa por hora.
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